Encuentros en alta mar


Diario de Jason Miller

Martes, 13 de febrero de 1968

El capitán nos ha mostrado su satisfacción con nuestra forma de proceder durante la tormenta de la jornada anterior. El cargamento permanece intacto y seguimos rumbo. Todavía quedan restos de la tormenta en el cielo, roto por los últimos nubarrones y el mar seguía dando algún que otro coletazo.
La verdad que estoy reventado; estar todo un día sin dormir pasa factura a cualquiera, aunque estoy deseando llegar a casa y reunirme contigo, querida Clara.

Sin embargo ahora mi mente está distraída, pues escribo esto apresuradamente al haber avistado un barco a la distancia; tras enviar las señales correspondientes e intentar comunicarnos por radio sin éxito, el capitán procedió a observarlo con prismáticos… y se veía muy descuidado, lo que me pareció muy raro.
Debido a la normativa de navegación estamos obligados a prestar auxilio en estos casos, de modo que todos hemos ido a prepararnos para proceder a abordar el barco. Es por esto que no he podido acostarme para echar un sueñecito. ¡Si es que es martes y 13! ¿Qué más podría salir mal?

¡El capitán nos llama! Estamos ya muy cerca del misterioso barco. Cuando volvamos te contaré las novedades.

[Relato Base de LittleEiko C para 2ª Edición Concurso Zona Delta]



Pues tenía razón,  todo parece ir de mal en peor. A la que nos acercábamos nos dimos cuenta de que el motor empezaba a hacer ruidos raros y mandamos a Phil a comprobar qué pasaba en la maquinaria. Cuando volvió venía refunfuñando y rumiando la misma frase con la que había partido de la isla el día anterior: “No me gusta nada la sensación que me da el artefacto. Nos traerá problemas.” Al motor no le pasaba nada pero al depósito sí, había una fisura y habíamos perdido todo el combustible por el camino.
El barco encontrado tiene un aire bastante extraño; un diseño y unos materiales muy distintos a los de cualquier otro que hayamos visto hasta la fecha, y se ve totalmente abandonado. El capitán parece un poco desconcertado y no se ha atrevido a realizar el abordaje.

Llevamos unas cuantas horas esperando a que el capitán salga de su camarote y nos dé la orden. De mientras, los chicos y yo, hemos estado echando unas partidas de póker, Phil ha perdido hasta los calzoncillos. Andrew le dijo entre carcajadas que cómo se le ocurría jugar sabiendo que el artefacto le traería problemas, Phil salió de la sala hecho un basilisco y también se encerró en su camarote.
Yo por mi parte no paro de darle vueltas a aquella frase que me dijiste en mi partida: “Tengo una sorpresa para ti, pero tendrás que esperar a cuando regreses”. Esa sonrisa picarona tuya me dejó más intranquilo que entusiasmado, siempre haciéndome travesuras.


El día se está haciendo eterno, seguimos aquí varados sin hacer nada, el capitán en su camarote, Phil en el suyo, Andrew también, básicamente estamos los cuatro cada uno en su camarote. No es por dar la razón a Phil, pero me está recorriendo por la espalda una sensación de que algo no está bien. Las olas parecen estar detenidas, no hay viento, ni peces, ni aves, el aire está enrarecido.
Empiezo a pensar que está relacionado con el artefacto, en el momento en que le pusimos la mano encima todos sufrimos una descarga, nos dejó algo atolondrados pero decidimos hacernos los valientes y aparentar que nada había pasado.

Nos movemos…. ¿Qué pasa?, ¿Cómo es posible?...



Diario de Stuart Ferguson

Martes, 13 de febrero de 2018

Estoy muy emocionado; ¡Hemos encontrado un barco! Mi primera salida y bam… no puedo creer que nos hayamos topado con una antigualla del siglo pasado. Tampoco es gran cosa, parece un barco de recreo o algo por el estilo, pero al menos no es un simple pesquero.
Está en un estado un poco lamentable, diría que lleva a la deriva muchísimos años. Aunque es curioso que haya aguantado todos estos años sin pudrirse ni encallar en ningún sitio. Pero bueno así es este oficio buscar y encontrar cosas perdidas que nadie ha visto antes o se dieron por perdidas hace muchos años y que se han preservado para aquel que se tope con ellas.

Desde niño me han chiflado todas las historias de busca-tesoros y ladrones de tumbas, cómo siempre se topaban con algún artefacto misterioso que encerraba algún poder u espíritu o que tenía un valor incalculable, y toda la aventura que “sufrían” los personajes hasta encontrarlo y hacerse con él.
Primero enviaremos un dron a que haga una inspección y realice unos muestreos que nos permitan determinar que todo es seguro ahí dentro, luego uno de nosotros irá a ver si hay algo de valor, seguramente Harris ya que es el más experimentado y el que arriesga su capital en estas expediciones. En este caso al ser un barco podríamos tratar de arrastrarlo a un puerto y así analizarlo más afondo y con más calma.

Lo que hemos podido observar a través de la cámara del dron es que se trata de un barco dedicado a lo mismo que el nuestro, la búsqueda de antigüedades y tesoros de los mares. Desde luego el destino no carece de ironía, un barco destinado a buscar reliquias misteriosas se convierte en una.
Aunque la madera parecía quebradiza, Harris ha decidido arriesgarse a ver que hay en el interior, pues uno de los camarotes, diría que el del capitán, estaba cerrado. No se puede entretener demasiado ahí dentro ya que en el horizonte amenaza con una buena tormenta que nos pillará al anochecer.

Ha regresado con las manos vacías y de no muy buen humor, al parecer la puerta del camarote del capitán estaba atrancada por dentro y no ha sido capaz de abrirla, aunque sí que traía consigo un pequeño cuaderno.  Se ha tirado un rato en su camarote. Cuando ha salido, nos ha ordenado que atáramos un cabo a la proa del barco. Al parecer vamos a arrastrarlo hasta una isla no muy lejana para poder investigarlo tranquilamente.
Más vale que nos espabilemos pues la tormenta se nos está echando encima y no tiene buena pinta. Espero que este cacharro pueda llevar semejante carga lo suficientemente rápido como para estar en tierra al anochecer, aunque sea una pequeña isla inhóspita.

No me gustan mucho las tormentas y, por lo que estoy descubriendo, menos si me pillan en mitad del mar. Mi madre viendo mis gustos por las búsquedas de tesoros y mis ganas de aventuras, me contaba los días de tormenta historias de los muchos exploradores que se habían perdido en mitad de una. Su intención era desanimarme de la idea que ya empezaba a formarse en mi cabeza, algo comprensible pues no llegó a conocer a su padre, al parecer desapareció en una tormenta en el mar. Su madre había enviudado estando embarazada de pocas semanas y por lo que le contó, fue un “traficante” de reliquias (claramente lo llevo en la sangre) y en unos de sus viajes nunca regresó. Jamás se supo nada ni de sus compañeros ni del barco.

Hemos echado el ancla cerca de la orilla de la isla. La tormenta nos ha alcanzado, pero debido a la configuración de la bahía el oleaje no es muy fuerte y parece que podemos pasar la noche tranquilamente en el barco. Harris quiere aprovechar a estudiar el barco encontrado a fondo e intentar abrir la puerta, pues parece que algo de lo que leyó en ese cuadernillo le ha llamado la atención y está relacionado con ese camarote. Me ordenó que me quedara en el barco mientras el resto van al otro y me dio el cuadernillo para que lo leyera, pues él no lo había leído entero pero creía que a lo mejor había algo más que pudiera sernos útil.

¡Esto es increíble, es el diario de mi abuelo! En la portada pone Jason Miller y habla de mi abuela Clara. Una de las últimas entradas es de hace cincuenta años y habla de cómo encontraron cierto artefacto, supongo que es lo que le ha llamado la atención a Harris, y de cómo se les empezaron a torcer las cosas. Si todo lo que pone en las siguientes entradas es cierto, creo que estamos en grave peligro. Tengo que ir a avisar a mis compañeros para que no toquen el artefacto.


Mierda qué ha sido esa descarga…. No será que….

3 comentarios:

  1. Una genial y digna continuación, es una lástima que no pudieras participar, pero a mi me gusta :3

    Eso sí, yo no sé, qué manía con preñar a Clara. Los amantes separados y ella embarazada... él no volverá... muy poético todo y muy de culebrón, pero a todos nos gusta este tipo de situaciones... que no sé cómo definir.

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  2. Pues me ha gustado. Da para hacer una buena historia con más desarrollo, aunque lo del artefacto me recuerda al Dead Space jejejeje, pero eso no es malo.

    La verdad es que has sido el único que ha seguido el transcurso normal del texto de LittleEiko y eso hay que valorarlo :)

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    1. Gracias, LittleEiko me dijo lo mismo, que debería desarrollarla más. La verdad es que no he jugado al Dead Space, pero puede que haya sacado la idea de alguna peli o un libro o algo (incoscientemente jj).
      Y si la continué, pero te aseguro que la primera idea que tuve fue precisamente lo que hicieron muchos en el concurso, de hacer como que es una historia secundaria a la principal.
      Lo mismo algún día me animo a continuarla...

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